Óxido de hierro (FeO)
El óxido de hierro es uno de los pigmentos cerámicos más antiguos y versátiles, conocido por su capacidad para producir una amplia gama de colores que incluye rojos, marrones, amarillos y negros, según la concentración y las condiciones de cocción. En cerámica, su comportamiento varía notablemente con la atmósfera del horno: en una atmósfera de oxidación, el óxido de hierro tiende a producir rojos y marrones cálidos, mientras que en una atmósfera de reducción se transforma en tonos más oscuros, como marrones profundos y negros intensos. Por otro lado, en cocciones de baja temperatura, el óxido de hierro suele dar tonos marrones o rojos, mientras que en cocciones de alta temperatura o en atmósferas reductoras, puede volverse negro o gris oscuro.
Este compuesto es fundamental en la cerámica de gres, donde contribuye a los tonos terrosos y rojizos característicos. Su uso también es común en la producción de esmaltes rústicos y en la cerámica tradicional japonesa, en la que aporta matices y texturas que resaltan la estética natural de las piezas. Además, el óxido de hierro puede generar efectos especiales como moteados y variaciones de color cuando se combina con otros óxidos y colorantes.
Además de su uso como colorante, el óxido de hierro también se encuentra en muchas arcillas naturales, lo que le da a la arcilla su característico color terroso.Dato interesante
El óxido de hierro ha sido utilizado en cerámica desde tiempos prehistóricos, y muchas culturas antiguas lo emplearon para decorar sus piezas, como se ve en las cerámicas egipcias y griegas.Consejo útil
El óxido de hierro puede afectar la textura de los esmaltes, por lo que es importante realizar pruebas para controlar el nivel de textura y el color exacto que deseas lograr en tu trabajo.